"Ian McEwan. El escritor moderno se mira al espejo durante demasiado tiempo”, El Cultural, 10-10-2002. Entrevista (fragmento):
-Cuesta imaginar cómo se le ocurrió esa escena frente a la fuente, increiblemente peculiar, con la que se abre el segundo capítulo de Expiación. Cuesta imaginar cómo funciona su imaginación.-Yo tampoco lo sé en realidad, porque cuando escribí esa escena, que fue lo primero que escribí, no sabía sobre qué trataría la novela. Empecé con esa chica que entra a una habitación de una casa de campo con un ramo de flores buscando un florero, que trata de evitar al muchacho que está en el jardín, pero al mismo tiempo quiere hablar con él. Unas 600 palabras. Luego pensé en llevarla hasta la fuente para ver qué sucedía. Por unos meses no escribí nada más. Después decidí que esa chica tendría una hermana menor y escribí un capítulo en que esta hermana montaba una obrita de tea-tro en la casa de campo. Cuando terminé ese capítulo supe que Briony no sólo sería la protagonista sino la autora del capítulo siguiente. Sólo entonces puede empezar en realidad. Pero todo eso me llevó mucho tiempo y mucha reescritura.
“El amor interesa igual hoy que a los
lectores del XIX”, ABC, 17-10-2002:
“Por otra parte, el autor confesó
su enorme deuda con el modernismo literario, del que ha emulado algunas
técnicas en «Expiación»: «No es una novela tradicional, sino una novela que
reflexiona continuamente sobre sus propios procesos creativos y se plantea sus
propias fronteras». Pero puntualizó que ha intentado ser crítico con las
limitaciones que el modernismo imponía a los escritores.
En este sentido, evocó una
célebre frase de Henry James aseverando que el único deber de
todo escritor es ser interesante. El escritor dijo no creer en absoluto en la
supuesta muerte de los personajes que preconizó Virginia Woolf. «La novela no
es más que una manera de investigar en la naturaleza humana. Sin el artificio
de los personajes imaginarios, la novela no sería posible», afirmó Mc Ewan. Sin
embargo, no faltó la referencia a los que considera sus maestros literarios,
entre los que hizo alusión a Henry Miller y Jane
Austen.
Sobre las novelas de esta última, comentó que su éxito reside, al menos en
parte, en la condensación de una sociedad entera en el limitado espacio de una
casa.
McEwan comenzó a redactar
«Expiación» en 1999 cuando, al final del trágico siglo XX, la sociedad se
enfrentó a una reflexión colectiva sobre las atrocidades perpetradas y su
culpabilidad”.
“Autores
contra o “plaxio” de Ian McEwan”, ABC,
10-12-2006:
“Algunos
de los principales novelistas en lengua inglesa han salido en tromba. Para John
Updike, se trata de «préstamos legítimos». Martin Amis advierte de que «la
ficción histórica -opuesta a la fantasía histórica- no puede escribirse sin la
ayuda de fuentes históricas». Y Kazuo Ishiguro señala que «cualquier novela que
se ha basado en un rastreo histórico sería entonces un plagio, desde «Guerra y
Paz» hasta hoy».
Máis sobre esta cuestión en El País, 28-11-2006.
Máis sobre esta cuestión en El País, 28-11-2006.
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